ALGUNAS OBJECIONES RESPONDIDAS

INTRODUCCIÓN

1. Objeción: Si enseñamos a nuestra gente en público, entonces resulta innecesario enseñarles también en privado.
Respuesta: El apóstol Pablo enseñó en ambas formas, públicamente y de casa en casa (Vea Hech.20:20). Muchos que escucharon mi clara predicación por varios años, eran sorprendentemente ignorantes de las cosas más básicas del cristianismo.
2. Objeción: Esta obra es tan exigente que ya no tendríamos tiempo para nuestros estudios normales.
Respuesta:
A). Los ministros deberían ser bien fundamentados en la doctrina y capaces de enseñar a otros. La salvación de las almas perdidas es más importante que el estudio.
B). La enseñanza de los fundamentos del cristianismo profundizará su propia comprensión de ellos. Pudiera ser que usted no aprendería algunas verdades menos esenciales, pero su conocimiento de las verdades más importantes será muy firme. El tiempo ocupado en esta tarea proveerá una experiencia invaluable y será muy benéfica para su pueblo.
C). Sin embargo, debido a que el estudio es muy valioso, le recomiendo que aparte tanto tiempo como le sea posible. Si disminuimos el tiempo desperdiciado, entonces, seguramente tendremos suficiente tiempo para catequizar a nuestro pueblo como para el estudio.
D). Puesto que el tiempo es corto, deberíamos ordenar correctamente nuestras prioridades y concentrarnos en los deberes más esenciales. Yo preferiría perder todos mis libros que ser culpable de la pérdida de una sola alma.
3. Objeción: Si nos desgastamos continuamente en la obra, entonces no tendremos tiempo para el compañerismo y el descanso.
Respuesta:
A). Este un argumento a favor de la auto-indulgencia y la flojera. Si todos pensaran así, entonces no hubieran existido los mártires y tampoco ningunos creyentes.
B). Tenemos suficiente tiempo para el recreo, sin la necesidad de descuidar nuestro deber. Mi débil salud significa que necesito mucho ejercicio y debo caminar una hora antes del almuerzo. Si alguien piensa que necesita más, entonces deberían reconsiderar la necesidad de negarse a sí mismos. Si el apóstol tenía que mantener a su cuerpo sujeto, entonces, cuánto más nosotros. Cualquier persona que ama su placer, de tal manera que no puede hacer ningún sacrificio para hablar a las almas perdidas, no es apta para el ministerio.
C). ¿Para qué nos han sido concedidos el tiempo y la fuerza, si no es para usarlos en el servicio de Dios? Como la vela es hecha para ser consumida, entonces, es mejor que seamos consumidos derramando luz sobre el camino de la salvación, que ser consumidos viviendo en el placer.
D). ¿Acaso son más importantes sus amigos y su familia que su ministerio? ¿Descuidará sus deberes para dedicar más tiempo a ellos? ¿Los honrarás más que a Dios? Si usted todavía está tratando de agradar a los hombres entonces no es un siervo de Cristo.
No puedo entender a los ministros que desperdician horas en sus actividades recreativas, cuando muchas almas están pereciendo alrededor de ellos. Si usted no aprecia el valor de las almas y la grandeza del sacrificio de Cristo, entonces usted no es apto para el ministerio. El tiempo es precioso. Los años se pasan volando. ¿No ha desperdiciado ya suficiente tiempo en trivialidades?
Si otros pueden desperdiciar su tiempo en actividades recreativas, nosotros no podemos. ¿Puede un doctor relajarse cuando está rodeado por los enfermos y moribundos? ¿Puede un soldado relajarse ante el calor de la batalla? Los deberes de ellos involucran asuntos de vida y muerte, pero en los nuestros está involucrada la eternidad.
4. Objeción: No pienso que Dios nos cargaría con la responsabilidad de enseñar a cada persona individualmente.
Respuesta: Ya hemos mostrado que esta obra es tanto esencial como un claro mandamiento. ¿Podemos estar con los brazos cruzados mientras que los pecadores van hacia la perdición, simplemente porque estamos demasiado cargados para ayudarlos? ¿Es esto compasión o flojera? ¿Obedece a Dios solamente cuando a usted le agrada? ¿Honra a Dios llamando servidumbre (o esclavitud) a su trabajo? ¿Está usted capacitado para ser un ministro de Cristo, si no está dispuesto a negarse a sí mismo?
Es trágico que existan tantos ministros inconversos quienes no tienen el Espíritu de Cristo. Jesús se abstuvo del alimento para poder hablar con una sola mujer. ¿Realmente cree usted en el cielo y en el infierno? Si es así, entonces ¿Cómo puede pensar que cualquier esfuerzo para salvar a los perdidos es excesivo? ¿No se da cuenta de que se está negando a sí mismo una bendición? Es uno de los misterios extraños de la vida cristiana, el hecho de que entre más que usted da, más recibe. Cuando obedecemos a Cristo, experimentamos más de su amor, gozo y paz.
La gracia crece ejercitándose. Para aquellos que usan sus talentos diligentemente, Cristo les ha prometido una recompensa eterna. ¿Acaso es esto una carga? El descuido pastoral es un pecado terrible, pero ¿Agravará su pecado tratando de justificarlo?
5. Objeción: Los tiempos del Nuevo Testamento eran muy diferentes a los nuestros. En aquel tiempo los pastores tenían la gran tarea de establecer iglesias, enfrentando una intensa persecución.
Respuesta: Aquellos que hacen esta objeción han perdido toda perspectiva de la realidad. ¿Realmente son tan escasos los hipócritas en la iglesia y los pecadores en el mundo, para que nosotros podamos relajar nuestros esfuerzos? ¿Acaso es mejor nuestra época que las anteriores, debido a que ahora somos más educados y avanzados? Solamente tenemos que mirar a la condición de la iglesia y el mundo que nos rodea para ver que esta objeción es absurda.
6. Objeción: Si hacemos que la obra sea demasiado exigente, entonces, muchos serán renuentes a entrar en el ministerio y habrá una escasez de ministros.
Respuesta:
A). Estas exigencias para el ministerio no son nuestras , sino las de Cristo. ¿Acaso debería Cristo librarnos de nuestras responsabilidades y permitir que nuestros vecinos perezcan?
B). Cristo no padeció tanto por la iglesia, para después dejarla sin ministros. Es El quien llama a los hombres para la obra y los capacita con su Espíritu. Cristo ha prometido proveernos con “pastores según su corazón”, quienes “todo lo sufrirán por amor a los elegidos”. Frecuentemente fallamos en nuestro deber y continuamente necesitamos el perdón de Cristo. Sin embargo, rehusar entrar en el ministerio porque es demasiado exigente, sería un pecado grave y presuntuoso.
7. Objeción: Si muchas personas rechazan nuestra enseñanza, entonces nos habremos esforzado en vano.
Respuesta:
A). Es cierto que hay muchas personas obstinadas, pero esto manifiesta la gravedad de su condición espiritual. Por lo tanto, debemos trabajar más fervientemente para persuadirlos.
B). La oposición de muchas personas es debida a nuestra falta de celo y de consistencia. Algunos predicadores son tan arrogantes que la gente rechaza su enseñanza.
C). Si nuestro pueblo carece de entusiasmo, esto no es una excusa para nosotros. Todos aquellos que menosprecian nuestro ministerio solo incrementarán su culpa. Si nosotros rehusamos realizar nuestros deberes seremos culpables.
D). Aquellos que rechazan nuestro ministerio nos permiten ocupar más tiempo con aquellos que lo aceptan; y así ellos pueden ser más beneficiados.
8. Objeción: Si la predicación es el método principal que Dios ha ordenado para la conversión de los pecadores, entonces ¿Porqué es necesario enseñarles individualmente?
Respuesta:
A). Aconsejar individualmente nos ayudará a entender y conocer mejor a nuestro pueblo. Esto a su vez, nos ayudará a preparar mejor nuestros sermones.
B). Si predicamos a miles o a una sola persona, aún estamos predicando. No hay nada irracional o antibíblico en la enseñanza personal de individuos y familias. Tenemos muchos ejemplos de esto en la Biblia. Toda la oposición viene del pecado y de Satanás, pero Dios nos dará gracia para vencerlos.
Entonces, aprendemos muchas cosas en nuestro texto: Cuando ellos llegaron a él, les dijo: “Vosotros sabéis bien cómo me he comportado con vosotros todo el tiempo, desde el primer día que llegué a Asia, sirviendo al Señor con toda humildad y con muchas lágrimas y pruebas que me vinieron por las asechanzas de los judíos. Y sabéis que no he rehuido el anunciaros nada que os fuese útil, y el enseñaros públicamente y de casa en casa, testificando a los judíos y a los griegos acerca del arrepentimiento para con Dios y la fe en nuestro Señor Jesús.
Ahora, he aquí yo voy a Jerusalén con el espíritu encadenado, sin saber lo que me ha de acontecer allí; salvo que el Espíritu Santo me da testimonio en una ciudad tras otra, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. Sin embargo, no estimo que mi vida sea de ningún valor ni preciosa para mí mismo, con tal que acabe mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. Ahora, he aquí yo sé que ninguno de todos vosotros, entre los cuales he pasado predicando el reino, volverá a ver mi cara. (Hechos 20:18-25)
1. Nuestro deber principal: “Servir al Señor con toda humildad” (vers.19).
2. Nuestra tarea específica: “Tener cuidado de nosotros mismos y por todo el rebaño” (Vers.28).
3. Nuestra enseñanza: “El arrepentimiento para con Dios y la fe en nuestro Señor Jesús” (Vers.21).
4. El método: “Os he enseñado públicamente y de casa en casa” (Vers.20).
5. Su amor y su celo: “Por tres años, de noche y de día, no cese de amonestar con lágrimas a cada uno” (Vers.31).
6. Su fidelidad: “No he rehuido anunciaros nada que os fuese útil... Porque no he rehuido el anunciaros todo el consejo de Dios” (Vers.20, 27).
7. Su autonegación: “No he codiciado ni la plata, ni el oro, ni el vestido de nadie” (Vers.33).
8. Su paciencia y perseverancia: “Mas de ninguna cosa hago caso” (vers.24).
9. Su oración ferviente: “Ahora hermanos os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia” (Vers.32).
10. La pureza de sus motivos: “Soy limpio de la sangre de todos” (Vers.26).

Si memorizamos estos versículos y meditamos en ellos, nos ayudarían a ser mejores ministros. Recuerde que la responsabilidad principal es la de: “Buscar primeramente el reino de Dios y su justicia”. El pastor sincero tiene la gloria de Dios y la salvación de las almas como su meta principal. Esto hace que la carga de nuestro trabajo sea ligera y que nuestros sufrimientos valgan la pena. Dios nunca permitirá que alguien sufra pérdida en su servicio. Los siervos fieles de Cristo serán más que recompensados por cualquier pérdida. ¿Necesito decir más para convencerle a comprometerse con esta obra?