MOTIVOS PARA TENER CUIDADO DE NOSOTROS MISMOS.

1. TENGA CUIDADO DE SÍ MISMO PORQUE USTED, IGUAL COMO LOS DEMÁS, TIENE UN ALMA QUE GANAR PERDER.

Usted pudiera predicar el evangelio y aún guiar a otros hacia Cristo, pero sin santidad usted jamás será salvo. Usted puede predicar acerca de Cristo y sin embargo descuidarlo; usted puede predicar acerca del Espíritu y estar resistiéndole. Usted puede hablar acerca de la fe y permanecer incrédulo; puede enseñar acerca de la conversión y permanecer inconverso. Y usted puede predicar acerca del cielo, mientras que permanece viviendo mundanamente.
Usted pudiera ser el predicador más grande del mundo, pero sin la gracia de Dios en su corazón, usted quedará como no salvo. Los predicadores del evangelio serán juzgados por el evangelio. Por lo tanto, tenga cuidado, porque usted tiene un alma que será salva o perdida eternamente.

2. COMO TODOS LOS DEMÁS, USTED TIENE UNA NATURALEZA CAÍDA CON TENDENCIAS PECAMINOSAS.

Si Adán siendo sin pecado, cayó porque no tuvo cuidado, ¡Cuánto más, deberíamos tenerlo nosotros! Tal como una pequeña chispa puede comenzar un incendio forestal, así también un pecado conduce a otros. Aún los creyentes más santos tienen en sus corazones los restos del orgullo, de la incredulidad, de la ambición egoísta y de todo tipo de pecado. Somos seducidos fácilmente por la necedad y la concupiscencia; y entonces, nuestro juicio se distorsiona, nuestro celo se enfría y nuestra diligencia se debilita.
Si usted no tiene cuidado de su traicionero corazón, muy pronto éste encontrará una oportunidad para engañarle. Los pecados que usted pensaba que habían sido desarraigados hace mucho tiempo, revivirán. Puesto que usted es tan débil y propenso a pecar, debe tener mucho cuidado de sí mismo.

3. TENGA CUIDADO PORQUE USTED ES UN BLANCO ESPECIAL DE SATANÁS.

Como siervo de Cristo, usted representa una amenaza seria para el poder de Satanás. El sabe que si usted cae, entonces su grey será una presa fácil para él. El usará en contra suya las más sutiles sugerencias, las tentaciones más persistentes y los ataques más feroces. Satanás puede disfrazarse como un ángel de luz. El puede engañar fácilmente a los hombres más inteligentes sin que ellos se den cuenta. Usted puede pensar que está avanzando mucho en su fe, cuando en realidad usted ha traicionado a Cristo.
Usted no verá el hilo y el gancho, mucho menos el sutil pescador, mientras que él le está tentando con su anzuelo. Este anzuelo será tan idóneo para su naturaleza y su temperamento que usted será fuertemente atraído por el. Si Satanás tiene éxito en arruinarle a usted, entonces le usará para arruinar a otros. Será un triunfo para Satanás que usted sea infiel o que caiga en pecado. El reprochará a la iglesia diciendo: “Este es su piadoso predicador”. Se gloriará contra Cristo y le dirá: “Yo puedo convertir tus mejores siervos en traidores”. Finalmente, le acusará de haber manchado y desacreditado su oficio. Por lo tanto, tenga cuidado de no dar a Satanás la oportunidad de jactarse sobre su caída.

4. TENGA CUIDADO DE SÍ MISMO, PORQUE MUCHOS OJOS ESTÁN PUESTOS SOBRE USTED.

Si usted cae en cualquier sentido, todo el mundo escuchará la triste noticia. Otros pueden pecar sin que muchos lo noten, pero usted no. Usted debería dar gracias porque esto le ayudará a tener cuidado. Por lo tanto, viva como alguien cuya vida está expuesta públicamente a la vista de todos. Hay personas maliciosas que estarían dispuestas a deleitarse en sus más pequeños errores. Si ellos no pueden encontrar ninguna falla, estarán dispuestos aún a inventarlas. Por lo tanto, Cuán cuidadosamente deberíamos vivir ante los ojos de tantos maliciosos observadores!

5. TENGA CUIDADO DE SÍ MISMO PORQUE SUS PECADOS INVOLUCRAN MAYOR CULPABILIDAD.

A. Puesto que usted sabe más que otros, entonces usted peca contra más luz.
B. Sus pecados involucran más hipocresía. Su tarea es la de predicar contra el pecado, exponiendo su naturaleza vil. ¿Acaso puede usted privadamente ser indulgente? ¿Será un enemigo del pecado en público, pero su amigo en lo secreto?
C. Sus pecados son más traicioneros. Cada creyente declara su lealtad a Cristo en contra del pecado. Como un ministro, esa lealtad es mayor. Cada vez que usted predica acerca del pecado o el juicio; y cada vez que administra el bautismo o la cena del Señor, esto implica su rechazo del pecado y su unión con Cristo. ¡Qué clase de traidor sería si abrigara lugar en su corazón para el pecado!

6. TENGA CUIDADO DE SÍ MISMO PORQUE SUS DEBERES REQUIEREN UNA GRACIA ESPECIAL.

Los dones y las habilidades inferiores pueden ser suficientes para los deberes menos exigentes. Sin embargo, si usted llega a ser ministro del evangelio, necesitará más que una cantidad ordinaria de gracia. Usted debería asegurarse de que Dios realmente le haya llamado y equipado para esta obra.
Algunos quienes habían servido a Cristo en una posición menos exigente, han entrado al ministerio solo para traer un desastre sobre la iglesia. Si usted quiere pelear las batallas del Señor y sobrellevar las cargas del ministerio, entonces, ciertamente tendrá que tener mucho cuidado de sí mismo.

7. TENGA CUIDADO DE SÍ MISMO, PORQUE LA HONRA DEL SEÑOR DEPENDE DE USTED.

Entre más cerca que estamos de Dios, nuestros fracasos traerán más deshonra a su nombre. Para un creyente verdadero la honra de Dios es más preciosa que la vida misma. ¿Pudiera usted soportar que la gente echara en la cara de Dios la suciedad de sus propios pecados?
Piense acerca del dolor que los demás creyentes sufrirán a causa de sus ofensas. Por lo tanto, tenga cuidado respecto a cada palabra y cada determinación que usted toma, porque la reputación de Dios ante el mundo es su responsabilidad.
Si usted falla, Dios restaurará Su propio honor, pero su propia vergüenza no será quitada tan fácilmente.

8. TENGA CUIDADO DE SÍ MISMO PORQUE EL ÉXITO DE SU OBRA DEPENDE DE ESTO.

Rara vez Dios usa hombres que no son aptos para la gran obra del evangelio.
A. ¿Espera usted que Dios usará a hombres que vivan para ellos mismos y no para Su gloria? Algunos entran al ministerio como una carrera o para ganar el respeto y una reputación para sí mismos, o por algún otro motivo egoísta. ¿Acaso debería sorprendernos el hecho de que Dios no bendiga tal ministerio? Los resultados de su obra son solamente lo que esperaríamos de agencias humanas y naturales.
B. ¿Puede usted esperar el éxito, si es un ministro infiel o descuidado en su trabajo? Si su fe es solamente intelectual y su fervor es pura emoción, entonces su predicación será inútil. ¿Acaso puede usted llamar seriamente a los pecadores a arrepentirse, si usted nunca ha apreciado la vileza del pecado y el valor de la santidad? ¿Puede usted tener compasión de otros y tratar de conducirles a Cristo, si no ha tenido compasión de sí mismo y tampoco ha acudido a Cristo? Es imposible amar a otros más que a sí mismo.
Usted no puede advertir a la gente acerca del infierno, si usted no cree en el. Si usted quiere ganar almas, entonces debería creer firmemente en la palabra de Dios, en la vida venidera y vivir una vida llena de celo y santidad. Aquellos que descuidan sus propias almas no son aptos para cuidar a otros.
C. ¿Acaso es posible pelear contra Satanás, si usted es su siervo? La persona inconversa es el siervo de Satanás. Este es el porqué muchos ministros religiosos son enemigos de Cristo. Ellos pueden hablar sobre Cristo y la piedad, pero en lo secreto pueden estar haciendo todo lo que es contra El. Calumnian a todos aquellos que aman a Cristo llamándolos hipócritas o fanáticos.
El enemigo más peligroso es aquel que está en medio de nosotros. Ellos pueden dar la apariencia de ser predicadores ortodoxos, pero por dentro son controlados por la mundanalidad, el orgullo, la incredulidad y una aversión a la piedad. Los hipócritas pueden parecer sinceros porque es más fácil hablar contra el pecado que vencerlo. Ellos pueden estar felices cuando otros se arrepienten, pero al mismo tiempo pueden continuar disfrutando sus concupiscencias secretas.
Usted no puede pelear seriamente contra el pecado y Satanás, a menos que verdaderamente los odie como los destructores de las almas de los hombres y los enemigos de Cristo. Muy lejos de odiar el pecado, un no creyente lo ama más que todo. Tal hombre está totalmente incapacitado para conducir al pueblo de Dios y rogar a otros para que renuncien al mundo y la carne.
D. La gente no tomará en serio al hombre cuya vida no concuerda con su predicación. Pensarán que no habla en serio, porque no hace lo que dice. Si alguien dice que la casa está incendiada mientras que se relaja en un sillón, todos pensarán que está bromeando.
La gente está dispuesta a creer lo que ve más que lo que escucha. Pensará que su predicación en contra del pecado es pura palabrería, si observa que usted es egoísta, mundano o descuidado. Sería como decirles: “No hay ningún daño o peligro”. Si usted falla en corregir su propio comportamiento y manera pecaminosa de hablar, ellos pensarán que estas cosas no son importantes. Además, esto les dará un pretexto para criticar a los ministros más piadosos diciendo: “Ellos nos inquietan con su predicación sobre el juicio y el infierno, mientras que usted se ríe y bromea con nosotros”. Ellos pensarán que usted predica solamente porque le pagan.
¿Acaso es apto hacer un ministro de Cristo a aquel que habla de Cristo los domingos, pero entre semana vive para agradarse a sí mismo?

Finalmente, recuerde que el éxito de sus labores depende enteramente de la bendición del Señor. Cristo ha prometido a sus siervos fieles que Su presencia estará con ellos; que su Espíritu Santo morará en ellos; que sus palabras estarán en sus labios y que Satanás será derrotado ante ellos. Pero estas promesas no son para sus siervos infieles. De hecho, la infidelidad le provocará a abandonarlo y a traer ruina sobre todas sus obras. En su soberanía, es posible que Dios pudiera usarle para hacer algún beneficio a su pueblo, pero eso sería algo inusual.